APRENDIZAJE UNIVERSITARIO
DESDE
EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD
UNIVERSITY
LEARNING FROM THE COMPLEXITY PARADIGM
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AMBROSIO PABÓN MÁRQUEZ ambpabon@ula.ve
Universidad de Los Andes Facultad de
Odontología STELLA SERRANO DE MORENO stelaser25@hotmail.com
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Educación Mérida, edo. Mérida.
Venezuela
Resumen
La sociedad del
conocimiento actual demanda que el ser humano mantenga una actitud de continuo
aprendizaje. Pues la complejidad del aprendizaje universitario comprende una
red de elementos organizados con base en los principios: dialógico, recursivo y
Holo gramático. El presente artículo analiza reflexivamente el aprendizaje
universitario desde el paradigma de la complejidad planteado por Morín. Desde
este paradigma, el aprendizaje universitario es un sistema en el cual existe la
integración, interrelación e interacción entre estudiante conocimiento,
docente, contexto y ambiente de aprendizaje. Esta situación permite tener una
visión integral del proceso educativo universitario. Esto implica el cambio de
un proceso de suministro de información a un proceso de transformación personal
y colectiva, centrado en la percepción, el pensamiento, la consciencia, la
ética y la formación integral del aprendiz.
Palabras clave: Proceso de aprendizaje
universitario, estudiante universitario, complejidad.
Abstract
Knowledge society demands continuous learning. The process of learning
at university levels involves a series of organized elements having
dialogical, recursive, and hologrammatic principles. This paper deals with
university learning from the complexity paradigm proposed by Morin, a French
philosopher. According to this paradigm, university learning is a system where
student, knowledge, professor, context, and learning environment integrate and
interact to each other. Thus, the university learning process is seen as an
integral process that changes from a mere system of transmission of information
to a process of personal and group transformation focused on perception,
thought, consciousness, ethics, and integral education.
Keywords: university learning process, university student,
complexit
INTRODUCCIÓN
El término aprender proviene
del latín apprehendere. Es definido como: (a) adquirir el conocimiento de
alguna cosa por medio del estudio o de la experiencia. (b) Concebir alguna cosa
por meras apariencias o con poco fundamento. (c) Tomar algo en la memoria (Real
Academia Española, 2000). Se podría decir que estas definiciones “separa lo
que está ligado (disyunción) o bien unifica lo que es diverso (reducción)”
(Morín, 1990, p. 89).
De
hecho, el aprendizaje es un proceso que sucede en el ser humano, quien es un
ente biológico, cultural, meta biológico que vive en un universo de lenguaje,
de ideas y conocimientos. Sin embargo, el paradigma de la simplicidad reduce
la complejidad (proceso de aprender humano) en algo simple. Por ejemplo, el ser
biológico se estudia en biología; mientras que el ser cultural se estudia en
las ciencias humanas y sociales (Morín, 1988, 1990).
De este
modo, surge el paradigma de la complejidad como una concepción integradora del
todo y las partes de un fenómeno. Desde esta perspectiva, el aprendizaje universitario
constituye un proceso que implica complejidad. Esta complejidad comprende
integración, interrelación e interacción de los diversos componentes que
intervienen en el proceso de aprendizaje en el aula universitaria. Entre estos
componentes están el estudiante, el conocimiento, el docente, el contexto y el
ambiente de aprendizaje universitario.
En este sentido, este artículo
tiene como objetivo realizar un análisis reflexivo sobre el aprendizaje universitario
desde el paradigma de la complejidad. Para ello, se define el paradigma de la
complejidad, desde sus principios como presupuestos esenciales; se examina el
aprendizaje universitario desde la perspectiva de la complejidad y se precisa
cuál es el aporte educativo de este paradigma para explicar el aprendizaje
universitario.
1. EL PARADIGMA
DE LA COMPLEJIDAD
La palabra complejidad
proviene del latín “complectere”, cuya raíz “plectere” significa trenzar,
enlazar. El prefijo “com” implica dualidad de dos elementos opuestos que se
enlazan íntimamente (Instituto para el pensamiento complejo, 2007). En efecto,
lo complejo indica que “se compone de elementos diversos” (Real Academia Española,
2000, p. 523). Así, aquello “que es complejo recupera, por una parte, al mundo
empírico, la incertidumbre, la incapacidad de lograr la certeza, de formular
una ley, de concebir el orden absoluto. Y por otra, algo relacionado con la
lógica; es decir, con la incapacidad de evitar contradicciones (…) (Morín,
1988, p.99).
Ante esta situación vale
preguntarse ¿Qué es el paradigma de la complejidad? Es un modo integrador y holístico
de percibir, pensar y valorar un fenómeno. Concibe el conjunto de “componentes
heterogéneos inseparablemente unidos, que presentan la paradójica relación de
lo uno y lo múltiple, de un fenómeno (Morín, 1990, p. 100). Constituye un
“tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones,
azares que integran constituyen nuestro mundo fenoménico (Instituto para el
pensamiento complejo, 2007, p. 1); como por ejemplo, el aprendizaje
universitario.
Este paradigma se
caracteriza por su “carácter multidimensional de toda realidad” y “sentido de
solidaridad” (Morín, 1990, p. 100). Contempla la distinción, conjunción e
implicación. Se basa en los principios dialógico, recursivo y hologramático
(Morín, 1988, 1990). El principio dialógico es “la asociación compleja de
instancias (complementaria/concurrente/antagonista), necesarias en conjunto
para la existencia, el funcionamiento y el desarrollo de un fenómeno
organizado”. Este principio se observa en todos los niveles de organización
cerebral del estudiante universitario (Morín, 1988, p. 108).
A su vez, el principio recursivo es el “proceso en el
que los efectos o productos al mismo tiempo son causantes y productores del
proceso mismo” (p. 111). Mientras que, el principio hologramático plantea que
“el todo está en cierto modo incluido (engramado) en las partes que están
incluidas en el todo” (Morín, 1988, p. 112). Veamos a continuación la relación
entre el aprendizaje universitario y el paradigma de la complejidad.
2.
APRENDIZAJE
UNIVERSITARIO Y PARADIGMA DE COMPLEJIDAD
Ante
la complejidad actual es necesario comenzar por preguntarse ¿Cómo es concebido
el aprendizaje universitario? Existen diferentes enfoques teóricos que explican
el aprendizaje del individuo (Schunk, 1997). Todos comparten “el principio de
la actividad mental constructiva del alumno en la realización de los
aprendizajes académicos” (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2002, p. 29).
Uno
de ellos es el enfoque cognitivista. Según éste, el aprendizaje es un proceso
mental activo, acumulativo de la información, organizada en estructuras
cognoscitivas, representaciones, esquemas o modelos mentales en el estudiante
[universitario] (Martínez-Otero, 2008; Poggioli, 2005). Otro corresponde al
enfoque constructivista que sostiene que el aprendizaje es un proceso de construcción
de conocimiento individual (Piaget, 1981; Ausubel, 1993), significativo
(Ausubel, 1993) y social (Vygotsky, 1979, 2000) del estudiante en el aula.
Desde
este enfoque, el estudiante universitario debe asumir una actitud activa en su
aprendizaje; y, el docente debe ser un facilitador y mediador del proceso
(Moreno M., 2005). Los principales representantes son Piaget, Ausubel y
Vygotsky. Según Piaget (1981), el aprendizaje es un proceso personal activo de
construcción de conocimientos a través de mecanismos internos (asimilación,
acomodación y organización) del aprendiz en interacción con el medio externo.
Para
Ausubel (1993), el aprendizaje implica un proceso individual activo en el que
el estudiante universitario aprende cuando los conocimientos son realmente
significativos para él; al poner en juego sus conocimientos previos para
relacionarlos con la nueva información. Este proceso requiere también de la
disposición e interés del estudiante por aprender y una utilización adecuada y
efectiva de los medios didácticos pertinentes. Esto quiere decir que, el
aprendizaje significativo conduce a “la creación de estructuras de conocimiento
mediante la relación sustantiva entre la nueva información y las ideas previas
de los estudiantes” (Díaz-Barriga y Hernández, 2002, p. 39).
Por su parte, Vygotsky (1979) considera que, el
aprendizaje es un proceso social (interpersonal) seguido de un proceso
individual (intrapersonal) del sujeto universitario que aprende. Es un proceso
social que se produce mediante la interacción que ocurre entre todas las personas
que participan y hacen vida en el aula universitaria. Es decir, es producto de
la cooperación social que deriva de su interacción con el docente, compañeros o
adultos más capaces que él. Esa interacción sucede en diferentes contextos y
está siempre mediada por el lenguaje.
En tal sentido, estos
planteamientos teóricos han ofrecido explicaciones y aportes importantes sobre
el proceso de aprendizaje. Conciben el aprendizaje universitario desde la
visión cognitiva y social. Sin embargo, hoy han aparecido otras explicaciones
sobre este proceso que lo complementan aún más. Una de ellas es la visión de integralidad,
dialógica, recursividad y hologramático, aportada por el paradigma de la
complejidad (Morín, 1988).
Por lo tanto, al
analizar el aprendizaje universitario es pertinente la mirada desde el
paradigma de la complejidad para apreciarlo en sus múltiples dimensiones y en
toda su complejidad. Este paradigma permite entender que los enfoques teóricos
señalados anteriormente, aunque son específicos y diferentes, son también
complementarios (Morín, 1990). Tal situación revela que en el aprendizaje
universitario existe una relación dialógica/recursiva/ hologramático entre lo
individual, lo social y el medio externo. Lo individual implica los
componentes intrínsecos del estudiante que le permiten aprender; mientras que
lo social hace referencia a factores extrínsecos (estudiantes/ docente/entorno)
al aprendiz necesarios para que él aprenda (Morín, 1988, 2000).
Ahora bien desde el
paradigma de la complejidad ¿Cómo se entiende el aprendizaje universitario?
Desde este paradigma, el aprendizaje universitario debe entenderse como un
proceso complejo, multidimensional, dialógico, recursivo y hologramático del
estudiante dentro de un contexto y ambiente de aprendizaje (Morín, 1988).
Es complejo porque es un proceso constituido por
diferentes elementos inseparables que forman un todo organizado como red
dinámica interdependiente, interrelacionada e inter-retroactiva entre el todo
y las partes y las partes y el todo del proceso (Morín, 2000). Por ejemplo, en
el aula universitaria esta complejidad comienza con el estudiante
universitario. Como sujeto humano integral, el estudiante comprende la
integración de componentes intrínsecos esenciales para el aprendizaje. Estos
son: percepción, cerebro total, estilos de pensamiento, sistemas de
aprendizaje del cerebro total, inteligencias múltiples, estilos de aprendizaje,
memoria
3.
APORTE EDUCATIVO DEL PARADIGMA DE LA
COMPLEJIDAD PARA EL APRENDIZAJE UNIVERSITARIO
El
paradigma de la complejidad constituye un modo integrador, opuesto al
pensamiento tradicional, que divide el campo del conocimiento en disciplinas
atrincheradas y clasificadas (Morín, 1990). Su aporte educativo se centra en
cinco aspectos: El primero comprende la promoción de un aprendizaje
universitario basado en la condición humana del estudiante universitario (lo
humano, terrestre, físico y cósmico, lo humano de lo humano, la unidad y la
diversidad humana). El segundo es la integración y pertinencia del
conocimiento de la disciplina acorde al contexto, relación entre el todo y
partes, lo multidimensional y lo complejo (Morín, 2000).
El
tercero constituye el fomento de un aprendizaje en el cual los estudiantes
universitarios aprendan a cómo enfrentar la incertidumbre ante la complejidad
de la sociedad actual. El cuarto está asociado con el impulso de un
aprendizaje universitario fundamentado en la comprensión, la ética, la
conciencia y la cultura planetaria de los estudiantes universitarios. Mientras
que el quinto, está asociado a la ética del género humano (Morín, 2000).
Desde
esta nueva perspectiva del pensamiento complejo es necesario que se genere un
cambio en la forma de pensar y enseñar del docente universitario para favorecer
el aprendizaje. En este sentido, el docente universitario debe: (a) fomentar
la condición humana, la consciencia, la ética del estudiante universitario por
y para la vida; (b) promover el pensamiento sistémico integrador de los
estudiantes universitarios; (c) incentivar el estudio de los fenómenos en forma
integrada, donde se relacione el todo con las partes y las partes con el todo;
(d) desarrollar competencias en el estudiante que le permitan relacionar los
diversos fenómenos, explicarlos desde la interdisciplinariedad, al integrar
conocimientos, explicaciones, principios y teorías de las diferentes
disciplinas; y crear soluciones a los problemas complejos que presenta la actual
sociedad.
CONCLUSIÓN
Desde el paradigma de la
complejidad, el aprendizaje universitario es un proceso complejo de
construcción de conocimiento del aprendiz, orientado por los principios
dialógico, recursivo, hologramático, distinción, conjunción e implicación.
Comprende así el conjunto de eventos, acciones e interacciones del estudiante
en relación con los contenidos de las disciplinas integradas, el docente, las
estrategias, los medios didácticos, el contexto y el ambiente de aprendizaje
del aula universitaria.
Desde esta perspectiva,
el aprendizaje universitario constituye un proceso complejo, multidimensional,
dialógico, recursivo y hologramático del estudiante sobre el conocimiento de
las disciplinas y mediante el empleo de las estrategias y medios didácticos
dentro de un contexto y ambiente de aprendizaje (Morín, 1988). Este proceso
implica la integración del conocimiento de las disciplinas; teniendo en cuenta
el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo. Asimismo, es necesario
por parte del docente de un proceso de aprendizaje integral que involucre al
estudiante en el conocimiento, construcción e integración del todo y las
partes del objeto de conocimiento.
A nuestro modo de ver,
el estudio del proceso de aprendizaje desde el paradigma de la complejidad es
una respuesta pertinente para la diversidad de capacidades, intereses,
motivaciones, deseos que muestran los estudiantes en el aula universitaria.
Plantear el aprendizaje como un sistema complejo implica la organización de
diversas situaciones y experiencias creativas, dinámicas, reflexivas y
flexibles de aprendizaje y enseñanza.
En el marco concreto en
el que se dan las situaciones formativas, éstas posibilitarán que los
estudiantes desarrollen un conjunto integral de capacidades, competencias, y
logre una formación integral como ser humano por y para la vida del planeta en
la actual sociedad del conocimiento. De este modo será posible que el
estudiante universitario sea consciente de las cegueras del conocimiento, logre
un aprendizaje integral esencial para la solución de los actuales problemas,
comprenda la condición humana, la identidad terrenal, y aprenda a enfrentar
las incertidumbres con consciencia, ética, principios y valores.
Referencias
Perea. Carlos, módulo
paradigmas de la investigación social (2007
·
Artículos
extraídos el 7 de noviembre de 2013 de las siguientes páginas web.
http://www.scielo.unal.edu.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-46882008000100003&lng=es&nrm=
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