martes, 19 de noviembre de 2013

PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD

APRENDIZAJE UNIVERSITARIO DESDE
EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD

 UNIVERSITY LEARNING FROM THE COMPLEXITY PARADIGM
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 AMBROSIO PABÓN MÁRQUEZ ambpabon@ula.ve
Universidad de Los Andes Facultad de Odontología STELLA SERRANO DE MORENO stelaser25@hotmail.com
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Educación Mérida, edo. Mérida. Venezuela


Resumen

La sociedad del conocimiento actual demanda que el ser humano mantenga una actitud de continuo aprendizaje. Pues la complejidad del aprendizaje universitario comprende una red de elementos organizados con base en los principios: dialógico, recursivo y Holo gramático. El presente artículo analiza reflexivamente el aprendizaje universitario desde el paradigma de la complejidad planteado por Morín. Desde este paradigma, el aprendizaje universitario es un sistema en el cual existe la integración, interrelación e interacción entre estudiante conocimiento, docente, contexto y ambiente de aprendizaje. Esta situación permite tener una visión integral del proceso educativo universitario. Esto implica el cambio de un proceso de suministro de información a un proceso de transformación personal y colectiva, centrado en la percepción, el pensamiento, la consciencia, la ética y la formación integral del aprendiz.

Palabras clave: Proceso de aprendizaje universitario, estudiante universitario, complejidad.


Abstract

 Knowledge society demands continuous learning. The process of learning at uni­versity levels involves a series of organized elements having dialogical, recursive, and hologrammatic principles. This paper deals with university learning from the complexity paradigm proposed by Morin, a French philosopher. According to this pa­radigm, university learning is a system where student, knowledge, professor, context, and learning environment integrate and interact to each other. Thus, the university learning process is seen as an integral process that changes from a mere system of transmission of information to a process of personal and group transformation focu­sed on perception, thought, consciousness, ethics, and integral education.
Keywords: university learning process, university student, complexit


                                                 INTRODUCCIÓN

El término aprender proviene del latín appre­hendere. Es definido como: (a) adquirir el conocimiento de alguna cosa por medio del estudio o de la experiencia. (b) Concebir al­guna cosa por meras apariencias o con poco fundamento. (c) Tomar algo en la memoria (Real Acade­mia Española, 2000). Se podría decir que estas definicio­nes “separa lo que está ligado (disyunción) o bien unifica lo que es diverso (reducción)” (Morín, 1990, p. 89).
De hecho, el aprendizaje es un proceso que sucede en el ser humano, quien es un ente biológico, cultural, meta biológico que vive en un universo de lenguaje, de ideas y conocimientos. Sin embargo, el paradigma de la simplici­dad reduce la complejidad (proceso de aprender humano) en algo simple. Por ejemplo, el ser biológico se estudia en biología; mientras que el ser cultural se estudia en las ciencias humanas y sociales (Morín, 1988, 1990).
De este modo, surge el paradigma de la complejidad como una concepción integradora del todo y las partes de un fenómeno. Desde esta perspectiva, el aprendizaje uni­versitario constituye un proceso que implica complejidad. Esta complejidad comprende integración, interrelación e interacción de los diversos componentes que intervienen en el proceso de aprendizaje en el aula universitaria. Entre estos componentes están el estudiante, el conocimiento, el docente, el contexto y el ambiente de aprendizaje uni­versitario.

En este sentido, este artículo tiene como objetivo realizar un análisis reflexivo sobre el aprendizaje univer­sitario desde el paradigma de la complejidad. Para ello, se define el paradigma de la complejidad, desde sus princi­pios como presupuestos esenciales; se examina el apren­dizaje universitario desde la perspectiva de la complejidad y se precisa cuál es el aporte educativo de este paradigma para explicar el aprendizaje universitario.


1.   EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD 

La palabra complejidad proviene del latín “complec­tere”, cuya raíz “plectere” significa trenzar, enlazar. El prefijo “com” implica dualidad de dos elementos opuestos que se enlazan íntimamente (Instituto para el pensamiento complejo, 2007). En efecto, lo complejo indica que “se compone de elementos diversos” (Real Academia Espa­ñola, 2000, p. 523). Así, aquello “que es complejo recupe­ra, por una parte, al mundo empírico, la incertidumbre, la incapacidad de lograr la certeza, de formular una ley, de concebir el orden absoluto. Y por otra, algo relacionado con la lógica; es decir, con la incapacidad de evitar contra­dicciones (…) (Morín, 1988, p.99).
Ante esta situación vale preguntarse ¿Qué es el pa­radigma de la complejidad? Es un modo integrador y ho­lístico de percibir, pensar y valorar un fenómeno. Concibe el conjunto de “componentes heterogéneos inseparable­mente unidos, que presentan la paradójica relación de lo uno y lo múltiple, de un fenómeno (Morín, 1990, p. 100). Constituye un “tejido de eventos, acciones, interaccio­nes, retroacciones, determinaciones, azares que integran constituyen nuestro mundo fenoménico (Instituto para el pensamiento complejo, 2007, p. 1); como por ejemplo, el aprendizaje universitario.
Este paradigma se caracteriza por su “carácter multi­dimensional de toda realidad” y “sentido de solidaridad” (Morín, 1990, p. 100). Contempla la distinción, conjun­ción e implicación. Se basa en los principios dialógico, re­cursivo y hologramático (Morín, 1988, 1990). El principio dialógico es “la asociación compleja de instancias (com­plementaria/concurrente/antagonista), necesarias en con­junto para la existencia, el funcionamiento y el desarrollo de un fenómeno organizado”. Este principio se observa en todos los niveles de organización cerebral del estudiante universitario (Morín, 1988, p. 108).
A su vez, el principio recursivo es el “proceso en el que los efectos o productos al mismo tiempo son causan­tes y productores del proceso mismo” (p. 111). Mientras que, el principio hologramático plantea que “el todo está en cierto modo incluido (engramado) en las partes que es­tán incluidas en el todo” (Morín, 1988, p. 112). Veamos a continuación la relación entre el aprendizaje universitario y el paradigma de la complejidad.
2.            
APRENDIZAJE UNIVERSITARIO Y PARADIGMA DE COMPLEJIDAD

Ante la complejidad actual es necesario comenzar por preguntarse ¿Cómo es concebido el aprendizaje uni­versitario? Existen diferentes enfoques teóricos que expli­can el aprendizaje del individuo (Schunk, 1997). Todos comparten “el principio de la actividad mental construc­tiva del alumno en la realización de los aprendizajes aca­démicos” (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2002, p. 29).
Uno de ellos es el enfoque cognitivista. Según éste, el aprendizaje es un proceso mental activo, acumulativo de la información, organizada en estructuras cognosciti­vas, representaciones, esquemas o modelos mentales en el estudiante [universitario] (Martínez-Otero, 2008; Pog­gioli, 2005). Otro corresponde al enfoque constructivista que sostiene que el aprendizaje es un proceso de construc­ción de conocimiento individual (Piaget, 1981; Ausubel, 1993), significativo (Ausubel, 1993) y social (Vygotsky, 1979, 2000) del estudiante en el aula.
Desde este enfoque, el estudiante universitario debe asumir una actitud activa en su aprendizaje; y, el docen­te debe ser un facilitador y mediador del proceso (More­no M., 2005). Los principales representantes son Piaget, Ausubel y Vygotsky. Según Piaget (1981), el aprendizaje es un proceso personal activo de construcción de cono­cimientos a través de mecanismos internos (asimilación, acomodación y organización) del aprendiz en interacción con el medio externo.
Para Ausubel (1993), el aprendizaje implica un proceso individual activo en el que el estudiante univer­sitario aprende cuando los conocimientos son realmente significativos para él; al poner en juego sus conocimientos previos para relacionarlos con la nueva información. Este proceso requiere también de la disposición e interés del estudiante por aprender y una utilización adecuada y efec­tiva de los medios didácticos pertinentes. Esto quiere decir que, el aprendizaje significativo conduce a “la creación de estructuras de conocimiento mediante la relación sustan­tiva entre la nueva información y las ideas previas de los estudiantes” (Díaz-Barriga y Hernández, 2002, p. 39).
Por su parte, Vygotsky (1979) considera que, el aprendizaje es un proceso social (interpersonal) seguido de un proceso individual (intrapersonal) del sujeto univer­sitario que aprende. Es un proceso social que se produce mediante la interacción que ocurre entre todas las perso­nas que participan y hacen vida en el aula universitaria. Es decir, es producto de la cooperación social que deriva de su interacción con el docente, compañeros o adultos más capaces que él. Esa interacción sucede en diferentes con­textos y está siempre mediada por el lenguaje.
En tal sentido, estos planteamientos teóricos han ofrecido explicaciones y aportes importantes sobre el pro­ceso de aprendizaje. Conciben el aprendizaje universitario desde la visión cognitiva y social. Sin embargo, hoy han aparecido otras explicaciones sobre este proceso que lo complementan aún más. Una de ellas es la visión de in­tegralidad, dialógica, recursividad y hologramático, apor­tada por el paradigma de la complejidad (Morín, 1988).
Por lo tanto, al analizar el aprendizaje universitario es pertinente la mirada desde el paradigma de la comple­jidad para apreciarlo en sus múltiples dimensiones y en toda su complejidad. Este paradigma permite entender que los enfoques teóricos señalados anteriormente, aunque son específicos y diferentes, son también complementa­rios (Morín, 1990). Tal situación revela que en el aprendi­zaje universitario existe una relación dialógica/recursiva/ hologramático entre lo individual, lo social y el medio ex­terno. Lo individual implica los componentes intrínsecos del estudiante que le permiten aprender; mientras que lo social hace referencia a factores extrínsecos (estudiantes/ docente/entorno) al aprendiz necesarios para que él apren­da (Morín, 1988, 2000).
Ahora bien desde el paradigma de la complejidad ¿Cómo se entiende el aprendizaje universitario? Desde este paradigma, el aprendizaje universitario debe enten­derse como un proceso complejo, multidimensional, dia­lógico, recursivo y hologramático del estudiante dentro de un contexto y ambiente de aprendizaje (Morín, 1988).
Es complejo porque es un proceso constituido por diferentes elementos inseparables que forman un todo or­ganizado como red dinámica interdependiente, interrela­cionada e inter-retroactiva entre el todo y las partes y las partes y el todo del proceso (Morín, 2000). Por ejemplo, en el aula universitaria esta complejidad comienza con el estudiante universitario. Como sujeto humano integral, el estudiante comprende la integración de componentes in­trínsecos esenciales para el aprendizaje. Estos son: per­cepción, cerebro total, estilos de pensamiento, sistemas de aprendizaje del cerebro total, inteligencias múltiples, estilos de aprendizaje, memoria
3.          APORTE EDUCATIVO DEL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD PARA EL APRENDIZAJE UNIVERSITARIO

El paradigma de la complejidad constituye un modo integrador, opuesto al pensamiento tradicional, que divide el campo del conocimiento en disciplinas atrincheradas y clasificadas (Morín, 1990). Su aporte educativo se centra en cinco aspectos: El primero comprende la promoción de un aprendizaje universitario basado en la condición humana del estudiante universitario (lo humano, terrestre, físico y cósmico, lo humano de lo humano, la unidad y la diversidad humana). El segundo es la integración y perti­nencia del conocimiento de la disciplina acorde al contex­to, relación entre el todo y partes, lo multidimensional y lo complejo (Morín, 2000).
El tercero constituye el fomento de un aprendizaje en el cual los estudiantes universitarios aprendan a cómo enfrentar la incertidumbre ante la complejidad de la so­ciedad actual. El cuarto está asociado con el impulso de un aprendizaje universitario fundamentado en la com­prensión, la ética, la conciencia y la cultura planetaria de los estudiantes universitarios. Mientras que el quinto, está asociado a la ética del género humano (Morín, 2000).
Desde esta nueva perspectiva del pensamiento com­plejo es necesario que se genere un cambio en la forma de pensar y enseñar del docente universitario para favo­recer el aprendizaje. En este sentido, el docente univer­sitario debe: (a) fomentar la condición humana, la cons­ciencia, la ética del estudiante universitario por y para la vida; (b) promover el pensamiento sistémico integrador de los estudiantes universitarios; (c) incentivar el estudio de los fenómenos en forma integrada, donde se relacione el todo con las partes y las partes con el todo; (d) desarrollar competencias en el estudiante que le permitan relacionar los diversos fenómenos, explicarlos desde la interdisci­plinariedad, al integrar conocimientos, explicaciones, principios y teorías de las diferentes disciplinas; y crear soluciones a los problemas complejos que presenta la ac­tual sociedad.

CONCLUSIÓN

Desde el paradigma de la complejidad, el aprendi­zaje universitario es un proceso complejo de construcción de conocimiento del aprendiz, orientado por los principios dialógico, recursivo, hologramático, distinción, conjun­ción e implicación. Comprende así el conjunto de eventos, acciones e interacciones del estudiante en relación con los contenidos de las disciplinas integradas, el docente, las es­trategias, los medios didácticos, el contexto y el ambiente de aprendizaje del aula universitaria.
Desde esta perspectiva, el aprendizaje universitario constituye un proceso complejo, multidimensional, dia­lógico, recursivo y hologramático del estudiante sobre el conocimiento de las disciplinas y mediante el empleo de las estrategias y medios didácticos dentro de un contexto y ambiente de aprendizaje (Morín, 1988). Este proceso implica la integración del conocimiento de las disciplinas; teniendo en cuenta el contexto, lo global, lo multidimen­sional y lo complejo. Asimismo, es necesario por parte del docente de un proceso de aprendizaje integral que invo­lucre al estudiante en el conocimiento, construcción e in­tegración del todo y las partes del objeto de conocimiento.

A nuestro modo de ver, el estudio del proceso de aprendizaje desde el paradigma de la complejidad es una respuesta pertinente para la diversidad de capacidades, in­tereses, motivaciones, deseos que muestran los estudian­tes en el aula universitaria. Plantear el aprendizaje como un sistema complejo implica la organización de diversas situaciones y experiencias creativas, dinámicas, reflexivas y flexibles de aprendizaje y enseñanza.

En el marco concreto en el que se dan las situaciones formativas, éstas posibilitarán que los estudiantes desarro­llen un conjunto integral de capacidades, competencias, y logre una formación integral como ser humano por y para la vida del planeta en la actual sociedad del conocimiento. De este modo será posible que el estudiante universitario sea consciente de las cegueras del conocimiento, logre un aprendizaje integral esencial para la solución de los actua­les problemas, comprenda la condición humana, la identi­dad terrenal, y aprenda a enfrentar las incertidumbres con consciencia, ética, principios y valores.



Referencias


Perea. Carlos, módulo paradigmas de la investigación social (2007
·         Artículos extraídos el 7 de noviembre de 2013 de las siguientes páginas web.



http://www.scielo.unal.edu.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-46882008000100003&lng=es&nrm=








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